Es muy pero muy importante para dimensionar la crónica, conocer que cada uno de los escritos sobre el descubrimiento y conquista de América, para ser publicado, debía trasponer conceptos y valores determinados.
La mayoría de los cronistas de Indias fueron religiosos y casi todos consiguieron ser jerarcas de sus distintas comunidades.
Cada manuscrito era cuidadosa y celosamente estudiado por las órdenes religiosas para conceder su aprobación y solicitar el favor de la publicación a las otras ramas de la Monarquía española que intervenían en esta materia. La imprenta fue exclusiva potestad de la Corona por más de dos siglos después del descubrimiento de América.
Licencias que precedieron a la publicación del libro el Orinoco Ilustrado:
Licencias de la orden.
Aprobación del R. P.
Licencia del Consejo del Rey..
Licencia del real, y supremo consejo de Indias.
Ya relajadas las normas de la Corona para la impresión en lo tocante a América, son necesarias en 1741 cuatro licencias para la publicación del manuscrito, sin contar con el aval e investigación: Del Santo Oficio de la Inquisición que fue de prioridad y determinante en los anteriores siglos.
Bien haría a la Historia se debatiera este tópico para que el grueso de los estudiosos y el lector en general logre entender que:
Lo escrito en los siglos posteriores al descubrimiento en ningún momento puede considerarse ficción. Lo que nos dejaron vivo las distintas censuras y sobre todo la del "Santo Oficio de la Inquisición", era porque estaba sustentado con muchas y muchas pruebas y firmas que respaldaran lo dicho por el cronista.
Una gran mayoría de catedráticos al día de hoy, irresponsablemente rebaten a muchos impresos de esos tiempos, aduciendo ser un producto de la exaltación de la imaginación de los autores, sin considerar que:
NO ERAN NUESTROS TIEMPOS
De ficción y libertad de imprenta.
La opinión general sobre la crónica es que esta se desarrollo para lustre y loa a la conquista, que se perdió y trastocó la historia de los pueblos de América.
La verdad absoluta es que la crónica es puntual a su momento, la edad, calidad y dignidad que tenían los relatores de los hechos cuando los escribieron, nos dan una cercanía a la fidelidad de los mismos.
En la crónica está consignado nuestro pasado, éste está bien señalado, lo que está adornado, magnificado, es el proceso conquistador y no por todos los que lo describen.
Lo que la arqueología ha necesitado hasta ahora, está consignado pródigamente sin contradicciones, el aspecto físico de los nativos, color, estatura, la lengua, el vestuario, la forma y dimensión de las viviendas, la alimentación en los distintos suelos, las costumbres, sus límites, plantas, animales, etc... etc...
Si se quiere encontrar esta muy clara la razón y razones de la pobre resistencia indígena y por qué la conquista fue posible etc..
Las crónicas de esa civilización medieval dominada por el oscurantismo que le impuso su credo y su brazo armado la Inquisición, nos dejaron las respuestas a los dilemas que pretendamos plantearnos de estos tiempos. Los cultos son tratados como correspondía a la fe e investidura del autor pero el profesionalismo con el que enfrentaron la labor que nos legaron, también incluye este tema.
La crónica consigna suficientemente claro en todos los escritos: La existencia de homínidos diferentes en América. De un desarrollo cultural, intelectual y religioso en las tierras templadas y cálidas de América, que aún preferimos ignorar, o convenientemente evaluar con la vara de "salvaje" con la que fue medido hace cinco siglos ese mundo que desapareció, para no retornar.
Muchas respuestas podría dar la ciencia si se decidiera a validar lo escrito en los siglos posteriores al descubrimiento. Si se liberaran, difundieran, y popularizaran todos los manuscritos ocultos o minimizados por conveniencia a la continuidad o permanencia del credo persistente en nuestra era y esta Web demanda por ellas. Demanda a todas las academias, para que sean tenidas en cuenta las crónicas y respetado el precioso legado de los cronistas. |